viernes, 28 de septiembre de 2012

Pensando en ti


Pensando en ti.

Intentando dibujarte torpemente en el aire. Ni siquiera sé quién eres. Con cuántas cucharadas de azúcar tomas el café con leche, ni si te gusta el café con leche. Entonces es todo más fácil, porque puedo crearte a mi antojo. Me acuerdo de tus ojos, y sobre todo de tus manos. De cómo huele tu cuello, a hombre, a algo amargo y fino, cálido, placentero.

Cojo tu mano y pinto una caricia en mi espalda, a mil kilómetros de distancia. O aún más sencillo. Imagino que te gusta escuchar música a oscuras, dormir hasta tarde, cantar en la ducha y todas esas cosas banales que ahora brillan con el embrujo de lo nuevo.

Me aprovecho del gen fresco de lo que está por nacer, que perfuma el aire como hierba recién cortada. Me nutro del sueño, de la posibilidad, de la puerta que se queda abierta (y la luz entrando a raudales). Me alimento de mi tú inventado, hecho a la medida y aún así sorprendente y encantador, lejos de la mediocridad del personaje que el autor observa y estudia hasta difuminar sus contornos de tan explorados. Vivo de mi ilusión de ti, porque aún me habitas.

Aunque no tengamos ningún futuro.

¿Qué más da?

By a Friend of Mine